Es el momento de la economía social y cooperativa

Hablaré de economía social y cooperativa, en lugar de economía social y solidaria, pues me parece un término mucho más amplio al considerar también las empresas sociales con ánimo de lucro. Lo que, por un lado, facilita que pueda ser atractiva y aprovechada por muchos más sectores y personas y, por otro, al mismo tiempo impulsa los valores inherentes al cooperativismo: compromiso social, participación, equidad, libertad, control democrático, respeto por el entorno, independencia,…. Me parece un concepto mucho más aceptable para mucha más gente y por tanto más útil como instrumento de mejora social..

Tampoco quiero hablar sólo de economía social, pues, en ella se incluyen formalmente organizaciones que no comparten absolutamente ninguno de los valores que antes he mencionado.

La gran virtud de la economía social y cooperativa (ESC) es su libertad e independencia, que las cooperativas tienen entre sus principios, y creo que por ello posee una gran capacidad de atracción y influencia social. Considero un error estratégico encerrarse sobre sí misma promoviendo mercados cerrados y modelos que responden en el fondo a un planteamiento político romántico y reduccionista.

Al contrario, hoy es más oportuno que nunca desbordar los límites de la ESC, facilitando el acercamiento a aquellos sectores en los que ésta puede ofrecer soluciones a las necesidades de personas y colectivos que no encuentran alternativas realistas o están desilusionados con las soluciones de la economía convencional.

Hay que  difundir y ampliar la economía social y cooperativa proyectando su influencia en muchos campos en los que sus propuestas resultan atractivas y apropiadas.

El momento es ideal porque se combinan una serie de factores. La sociedad está más interesada y receptora que nunca en iniciativas que incorporen valores como la participación, la transparencia, la equidad y el bien común, como lo demuestra el auge de los movimientos sociales y las nuevas directrices de impulso de la economía social desde las administraciones de ciudades como Barcelona, Santa Coloma y Badalona, pero también Madrid, Cádiz y València, no es un fenómeno barcelonés. Los valores de la economía social y cooperativa son hoy más que nunca los valores de nuestra sociedad.

Y al mismo tiempo, vivimos desde hace un tiempo  una situación de exceso de liquidez y bajos tipos de interés. Esta situación tiene en algún sector una derivada nefasta, como la presión al alza del coste del alquiler y la vivienda en Barcelona por ser refugio de grandes fondos de inversión y el efecto llamada que provocan. Pero también está facilitando que la mirada de los inversores se amplíe a sectores hasta ahora fuera de su interés y que sus expectativas de retorno de la inversión se moderen. Hoy hay más inversores sociales que nunca dispuestos a invertir con nuevos instrumentos en las empresas sociales.

Si tradicionalmente en nuestro país la  financiación se ha realizado via bancaria, de forma casi exclusiva, cada vez hay más empresas que incorporan financiación no bancaria en sus inversiones. No es un problema de financiación, dinero hay, en los bancos y fuera de ellos. No hay más que observar el crecimiento y especialización de las plataformas de crowfunding, pero también la normalización de otros instrumentos como el préstamo participativo y la emisión de obligaciones cada vez más utilizados.

Quiero resaltar aquí, como un elemento importante, la puesta en marcha de FIARE BANCA ETICA, la banca ética y cooperativa por excelencia, que por fin opera con absoluta normalidad, ofreciendo a las empresas sociales toda la cartera de servicios que estas necesitan para desarrollar su actividad.

Pero, cómo podemos aprovechar la oportunidad para impulsar la economía social y cooperativa. Desde mi experiencia en el cooperativismo me permito apuntar algunas ideas, siempre pensando que la oportunidad y la responsabilidad ahora es ensanchar el ámbito de influencia.

  • En la universidad: creando espacios abiertos para el aprendizaje compartido, dando instrumentos para el conocimiento y desarrollo del emprendimiento colectivo. Impulsar estudios y análisis de experiencias de gestión comunitaria del bien común que puedan inspirar. Las empresas basadas en el conocimiento tienen características que, a priori, las hacen ideales para crear una cooperativa (baja inversión inicial, equidad, igualdad laboral), en cambio hace tiempo que se ha instalado el modelo de creación de empresa con el sólo objetivo de poderla vender en 3-4 años al mayor precio posible. Es un modelo perverso y especulador contra el que desde los estamentos adecuados debería promoverse otro basado en la estabilidad empresarial, la satisfacción de necesidades reales de la gente y la participación.
  • Desde el fomento institucional (federaciones, administración): normalizando la fórmula cooperativa como una alternativa apropiada para cualquier actividad, facilitando espacios i mecanismos de garantías, impulsando el concepto del liderazgo distribuido. Promoviendo experiencias referentes (vivienda social, vivienda intergeneracional, …), participando junto a los municipios en programas de cooperativización de las esferas social y económica.
  • Reivindicando las cooperativas de trabajo con ánimo de lucro, todas las empresas deben tener beneficios para poder realizar su objeto social de forma duradera. El reparto de los beneficios entre las socios trabajadores, después de dotar los fondos legales, es un instrumento ideal de democratización económica.
  • Para aquellos municipios en los que la participación es una seña de identidad podría impulsarse algún programa que facilitase la mejora del primer y más básico marco de participación como son las comunidades de vecinos, desgraciadamente un espacio en el que en las más de las ocasiones se genera frustración y absentismo.
  • Desde la FP: para los jóvenes: formación, experiencias, acompañamiento. Estableciendo convenios con las pimes del barrio, facilitando las prácticas empresariales y la primera experiencia laboral.
  • Desde las organizaciones empresariales: Impulsando programas de colectivización de la sucesión de la empresa familiar. Facilitando la presencia de los trabajadores en los consejos de administración, no desde una perspectiva sindical sino claramente empresarial, no se trata de defender los derechos de los trabajadores sino de defender la empresa porque los intereses de trabajadores y propiedad son los mismos, generar trabajo y riqueza a través de la realización de su objeto social, si no hay beneficio no habrá empresa, si no hay trabajadores tampoco, hay que reconocer que los tiempos en que el capital era el paradigma han cambiado, ahora somos las personas.
  • Las cooperativas de servicios en el pequeño comercio y de profesionales autónomos, son también buenas propuestas para facilitar la defensa ante los grandes, en un caso, y la mejora de los costes, en otro. El impulso de modelos en los que se promueva la participación y la equidad puede facilitar la estabilidad de estas iniciativas, que en otros países no son siquiera consideradas como economía social (caso de Francia).
  • Promoviendo la creación de instrumentos para la capitalización de las cooperativas y la construcción de equipamientos productivos.

“UNRISD reconoce la necesidad de integrar preocupación social, economía y medioambiente (leit motiv de la economía social i cooperativa) cuando se trata de la alimentación, la salud, la vivienda, el trabajo, la mujer, el desarrollo industrial” (Marguerite Mendell , Universitat de Concòrdia, Montreal ·Economia social: Evidència i motor de cambio del paradigma econòmico, URL, 15/10/15). Se constata el fracaso del paradigma que separa los problemas económicos y sociales.

“¿Qué capacidad tiene la economía social y cooperativa para responder a las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos y de diseñar instrumentos  de desarrollo para cumplir con estos objetivos? (Margarite Mendell)”

La capacidad aumenta en las regiones donde es más que la suma de sus empresas, organizaciones y asociaciones, en la que se da un enfoque sistémico, en una constelación de redes, movimientos sociales, intermediarios locales y regionales, que trabajan juntos para crear instrumentos de desarrollo en las finanzas, el apoyo a las empresas, la formación, la investigación y la construcción de políticas públicas.

Manifiesto fundacional

Por la Democracia Económica: el momento es ahora Un colectivo formado por personas sociólogas, economistas, juristas, antropólogas, sindicalistas y miembros activos de la economía social, hemos decidido impulsar una Plataforma por la Democracia Económica que se aglutina en torno a un conjunto de puntos que deseamos hacer públicos como expresión de pronunciamiento fundacional. Asumimos que hablar hoy…
— Leer en democraciaeconomicablog.wordpress.com/acerca-de/

Els inversors són els nous explotadors del segle XXI?

Avui vull reflexionar sobre un tema que encara és d’actualitat.

D’una banda, hem vist recentment com a els tribunals dictaven sentències contràries a l’inicial disseny de les relacions laborals a GLOVO i a DELIVEROO, en el sentit de declarar els treballadors com a falsos autònoms.

Sorprèn veure com empreses en les que la clau de l’èxit recau, en gran part, sobre el servei que donen els seus treballadors, basin el seu model de negoci en l’explotació d’aquests, aprofitant la reforma laboral del PP i sense gaires escrúpols. Amb unes relacions laborals encara pitjor que la dels repartidors de pizzas. Erigint-se com a símbols de la precarització laboral que ens envaeix.

Alguns pensen, equivocadament, que aquesta precarització és consubstancial a la nova economia digital i especialment a l’economia de plataformes. Però darrere hi ha decisions empresarials conscients que sacrifiquen els drets laboral de les persones a canvi de plusvàlua. I aquesta decisió no te res d’innovació ni de moderna, és el mateix capitalisme que fa 100 anys.

D’altra banda, he vist molts emprenedors il·lusionats amb la seva start-up treballar nit i dia per a poder incorporar inversors que li donin l’aire suficient (en forma de capital) per a seguir construint el seu somni. Ocorre que la majoria de les vegades la incorporació dels inversors canvia radicalment la forma de fer les coses. Llavors l’esforç ja no es fa per satisfer les necessitats dels clients sinó per l’inversor.

Amb l’entrada dels inversors el focus es posa en les vendes (en alguns casos la xifra d’usuaris és suficient), l’objectiu és fer créixer l’empresa tant ràpid com sigui possible per així poder vendre la seva participació al màxim preu possible. Aquest nou objectiu es trasllada igualment al marge i finalment als salaris.

D’aquesta forma, estem assistint a la substitució de l’antic empresari pel nou inversor mentre es manté en el fons el caràcter explotador del capitalisme salvatge.

Al final sembla una carrera de “todo por la pasta”, per a la majoria d’inversors tot es justifica per tal d’obtenir el millor “yield”. I així segur que no fan un món millor, sinó eixamplen la desigualtat.

Evidentment, no tots els inversors són iguals. També hi ha els inversors socials que tenen sobre tot una mirada de llarg termini i posen les persones, també les treballadores, al centre de l’empresa. Sense renunciar al rendiment financer els interessa més resoldre una demanda social o mediambiental en el llarg termini i de bona manera, que no pas guanyar molt en el menor espai de temps possible. I si, si hi ha inversors socials, però malauradament no marquen tendència encara.

¿EROSKI DEBE DEJAR DE SER UNA COOPERATIVA PARA PAGAR SU DEUDA?

La pregunta lanzada así, a quien no tiene nada que ver ni decir en el asunto, puede parecer una solemne tontería, sin embargo algunos diarios como La Vanguardia en su edición de 21 de abril o El Economista en la suya de 19 de abril, no tienen escrúpulos en titular “La banca presiona a Eroski para que deje de ser cooperativa” o “Eroski dejará de ser cooperativa si no logra financiar su deuda”.si “googuelamos” (investigamos en la red) un poco veremos que hay otro artículo de 18 de abril (El Confidencial), del que probablemente se nutran los otros dos medios, que de forma muy diferente y más responsable titula así: “La banca rechaza refinanciar la deuda de Eroski por las amenazas de Amazon y Mercadona”, que aunque tiene un estilo de matón de barrio (cosas del periodismo mal entendido que nos toca vivir estos días), se ajusta más a la realidad de la empresa cooperativa.La supuesta solución que parece suponer la renuncia a la fórmula cooperativa no lo es ni por asomo o al menos no lo es para los socios trabajadores de Eroski. Según parece el problema grave es la deuda elevada que contrajo tras la compra de Caprabo, una deuda que hoy es mayor que el valor de la cadena de supermercados. ¿Les suena esta situación? La banca te deja un dinero para que compres, pero el mercado está entonces alto, la crisis reduce el valor de lo comprado, de forma que aunque vendas ahora seguirás debiendo a la banca porque te van a dar mucho menos. Algo que les ha pasado a miles de españoles con sus hipotecas y que el legislador español se niega a modificar para no dañar a la banca en perjuicio de los ciudadanos. Pero no nos desviemos, volvamos a Eroski.

Puede que la decisión tomada sobre Caprabo se haya demostrado terriblemente mala para la empresa cooperativa.

Puede que la situación en el sector de las grandes superficies sea difícil por la amenaza del comercio electrónico y muy especialmente por la voracidad demostrada por Amazon.

Puede que la entrada de Mercadona en el País Vasco, que no es precisamente ninguna hermanita de la caridad en cuanto a trato laboral o a proveedores se refiere, esté quitando algunas ventas a algún super de Eroski.

Puede que la empresa cooperativa esté soportando pérdidas en centros fuera del País Vasco.

Puede que no esté generando la caja necesaria para devolver el préstamo a la velocidad que a la banca le gustaría.

Pero todo eso tiene nada que ver con la fórmula cooperativa, de hecho podríamos estar hablando perfectamente de El Corte Inglés, cuyo presidente hace unos días reclamaba la puesta en marcha de un Amazon europeo para hacer frente a la entrada del gigante americano. Y a ninguno de estos medios se le ocurriría titular “La banca exige a El Corte Inglés que deje de ser una empresa familiar”.

La reducción de la deuda y la generación de caja no tienen nada que ver con la fórmula societaria, son soluciones de gestión empresarial que toman las empresas cuando las necesitan, las empresas cooperativas también, por supuesto. Parece que para unos cuantos redactores atacar las cooperativas sume puntos ante sus neoliberales amos.
Al filo del tema Amazon, a las grandes superficies les ha faltado tiempo para reclamar la libertad de horarios, aquí cada uno mira por su negocio y los demás que se j… Cuando en realidad el comercio electrónico obliga a ponerse las pilas a todo el mundo: grandes y pequeños comercios y consumidores también. Puede que comprar fruta y verdura por Amazon Premium sea cool, pero debemos ser conscientes, como consumidores activos con capacidad de intervención, que al hacerlo reducimos los ingresos de los pequeños comerciantes y favorecemos la extorsión de los pequeños distribuidores que nos van a traer la compra a casa (es un sector que se paga en torno a 1 euro por entrega).

Gracias a la fórmula cooperativa Eroski ha mantenido su independencia hasta ahora. Sus 8.000 socios decidieron en asamblea ajustar sus sueldos para que la empresa mejorara sus cuentas. De estos 8.000 más del 80 % son mujeres entorno a los 43 años. El plan que propone la banca, asesorada por grandes auditoras, quiere en el fondo vender activos para reducir deuda, algo que puede tener sentido en muchos casos, y Eroski ha hecho los deberes (amortizó 167 millones en 2017, por ejemplo), pero la banca quiere más porque está asustada y no entiende de personas, y si de ese más va a resultar el despido de muchas trabajadoras es algo que la dirección de la cooperativa no quiere contemplar, la cooperativa se debe a sus personas socias no al capital Y esto es lo que muchos no entienden.

Los problemas de Eroski son problemas de gestión, como los de El Corte Inglés o de Mercadona, nada tienen que ver con la fórmula societaria. Sin duda la competencia de Eroski estaría encantada de poder comprar un trocito o toda la empresa, ya sabemos que para los grandes empresarios el objetivo de tener el monopolio de un sector es su ideal de gestión (Joan Roig de Mercadona controla más del 24% del mercado, por delante de Carrefour), ¿puede que haya intereses ocultos detrás de la posición de la banca? No cabe duda que con las soluciones que propone la banca, si Eroski se transformara en sociedad anónima muchas trabajadoras se irían a la calle. Lo que Eroski necesita s tiempo y buena gestión, lo primero depende de la banca, lo segundo de los socios de la cooperativa.

Las soluciones que propone la banca y sus consultoras ser rigen por la lógica capitalista en la que el poder es del capital y no de las personas trabajadoras, independientemente del capital que hayan aportado, como pasa en las cooperativas. Es verdad que por eso la banca les gustaría que dejase de ser una cooperativa, para hacer y deshacer, buscando sólo satisfacer los intereses de la banca, o mejor dicho de sus accionistas. Quizás alguien debiera recordarles a los accionistas de la banca española que el rescate se realizó con dinero de todas las personas trabajadores de este país y que debieran ser estos los intereses que defiendan en primer lugar, con los miles de millones que pusimos los ciudadanos de este país deberíamos tener el control y los derechos sobre esos bancos.

Desde nuestra posición debemos defender el mantenimiento de los puestos de trabajo y ahora mismo eso pasa por defender la empresa cooperativa Eroski y no socavar la confianza de proveedores y ciudadanos.

Males pràctiques a Casa Ametller

Ahir vaig tenir una mala experiència a Casa Ametller. La cosa va anar així.

Tornava a casa després d’una jornada a la seu de CCOO sobre els plans de pensions d’empleo i les inversions socialment responsables bastant densa, i venia pensant en moltes coses, algunes indignants, com en aquell entorn informar, sense ruboritzar-se, que la diferència mitjana entre el salari més baix i el més alt a les empreses de l’IBEX 35 és de 1 a 123, o sigui que si el salari mensual del que menys cobra és de 1.000.-euros, el del que més cobra són 123.000.-euros. I totes aquestes empreses, bancs especialment on la diferència deu ser major encara, tenen la seva certificació de responsabilitat social corporativa. Però en quin món estem! Realment el seu concepte d’ RSC (i és l’oficial) és mooolt diferent del meu.

En aquestes estava quan entro a Casa Ametller a comprar fruita. Soc jo qui va al mercat i a comprar el fresc en general així que conec bastant els preus de gaire bé tot i miro de comprar bé, bo i barat. Casa Ametller la tinc just sota de casa així que és difícil resistir-se a la comoditat. Tenen una oferta de safates de nespres embolicades en plàstic de 2 per 3 euros, però prefereixo els nespres de 4,89.-euros/kg perquè són més grans, més madurs, menys tocats i puc triar jo. Veig unes cireres molt maques que diuen de “collita pròpia” a 0,99 que també puc triar jo i penso, per fi tenen alguna cosa “sense intermediaris” de veritat i per això les tenen tan barates, així que carrego kilo i pico, doncs a casa gusten molt. Amés compro pomes golden “antiga” que tenen molt bon sabor, son del Pirineu i aguanten força.

I quan arribo a la caixa, oh sorpresa, el compte puja més de 27 euros. Eiiin?? Com és possible? Miro i el preu de la pissarreta de les cireres era 0.99 euros els 100 grams!! O sigui 10 euros/kg, vaja. M’he cagat en tot!! AIXÒ SE’N DIU MALA PRÀCTICA de Casa Ametller. Tècniques comercials ENGANYOSES per amagar cireres de “collita pròpia” a preu de caviar del Caspio.

Mira per on pensava fer un article sobre l’escala salarial de l’IBEX 35 i l’he canviat per aquest sobre les males pràctiques a Casa Ametller.

Com diu el meu estimat Joan Tardà: “Ho sento, però algú ho havia de dir.”

LOS FONDOS DE PENSIONES PUEDEN SER UN INSTRUMENTO DE TRANSFORMACIÓN SOCIAL (y 2)

No estamos solos y sabemos cómo hacerlo

Antes hablábamos de los movimientos sociales, como 350.org, que reclaman y promueven que los fondos de pensiones desinviertan en sociedades que posean y exploten reservas de petróleo y gas, como ha hecho recientemente el fondo de pensiones ligado a los trabajadores del ayuntamiento de Nueva York.

También hay que invierten sólo en fondos socialmente responsables, como hace FONDACTION, un fondo de ahorro para la pensión promovido por la Central de Sindicatos Nacionales de Quebec (Canadá), que invierte exclusivamente en pequeñas y medianas empresas con el objetivo de darle un claro sentido al dinero ahorrado por los trabajadores: “que sirva para crear y mantener puestos de trabajo“. FONDACTION está ofreciendo actualmente una rentabilidad de más del 7% a sus accionistas, muy por encima de la mayoría de los fondos de inversión de nuestro país.

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En Francia, gracias a la Ley de Modernización de la Economía de 2008, se crearon los “Fondos solidarios 90-10”, fondos de empresa de ahorros para la jubilación, en los que un mínimo de un 5% y un máximo del 10% del patrimonio ha de estar invertido en entidades no cotizadas de economía solidaria, que es como se conoce en Francia a la economía social, pueden ser empresas sociales, intermediarios financieros para éstas o instituciones de microfinanzas.

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Actualmente existen 61 “Fondos 90-10” que gestionan más de 6.000 millones de euros y han invertido 354 millones en la economía solidaria francesa. Un 42,5% vía capital en sociedades que realizan intermediación financiera para la economía social, es decir invierten en actividades con una potente utilidad social o medioambiental, proponiendo a estos proyectos servicios de acompañamiento que ayudan al buen fin de los mismos. Los sectores de inversión son variados, desde la vivienda social, los equipamientos sociales, la agricultura ecológica, las energías renovables o el comercio justo en países sin recursos.

En nuestro país ya existen, y es importante que vayan conociéndose, iniciativas cómo la apuntada antes, que pueden cumplir con los mayores requerimientos de responsabilidad social y al mismo tiempo con los de seguridad, diversificación y rendimiento que son exigibles a estos fondos. Máxime cuando son fondos que gestionan los ahorros para la jubilación de las personas trabajadoras e idealmente deberían ser invertidos en coherencia con los valores de éstas.

Los representantes de los trabajadores pueden jugar un papel activo en la modernización y actualización de fondos de pensiones de empresa mediante actuaciones de desinversión en combustibles fósiles e inversión en empresas sociales no cotizadas mucho más acordes con sus valores, y todo ello sin perder rentabilidad ni seguridad de sus inversiones.

Para poder hacerlo, primero creemos necesario que los sindicatos tengan un papel activo en las comisiones de control delante de las sociedades gestoras de sus fondos:

• Primero, los sindicatos deben plantear a las gestoras de fondos de planes de pensiones la desinversión en combustibles fósiles y la inversión en empresas sociales.
• En segundo lugar, las gestoras deben aprovechar los recursos existentes para conocer y analizar las nuevas entidades que pueden ser destino de una parte muy pequeña del fondo, pero cualitativamente muy significativa.
• Y en tercer lugar, la legislación española debe modernizarse para facilitar la canalización del ahorro de los contribuyentes de forma segura y al mismo tiempo acorde con los valores de éstos.

Si las personas trabajadoras y sus representantes se esfuerzan por actuar de forma coherente con sus valores para asegurar un futuro mejor social y medioambientalmente también deberían exigirlo en cuestiones tan importantes como la gestión de los planes de pensiones. Las personas autoras de este artículo creemos que es posible hacerlo, sólo hay que ponerse.

LOS FONDOS DE PENSIONES PUEDEN SER UN INSTRUMENTO DE TRANSFORMACIÓN SOCIAL (1)

Introducción
En nuestro país parece que gusta cada vez más que las pensiones sean promovidas hacia los planes de pensiones, pues la derecha nunca ha creído en una seguridad social universal. Por otra parte, muchas personas trabajadoras han suscrito fondos de pensiones como parte de su salario diferido y todas las grandes empresas y administraciones tienen el suyo, en total más de 100.000 millones de euros.

La legislación española que regula los fondos de pensiones es muy rígida y restrictiva, y podría haber favorecido los intereses de grupos de presión ligados a la banca y aseguradoras para favorecer un negocio cautivo y dar estabilidad a las grandes corporaciones financieras. Las gestoras de fondos de pensiones disponen de un negocio muy rentable gestionando los fondos de pensiones como un fondo de inversión más, con algún requerimiento extra de seguridad que la misma ley les impone, además en los fondos de pensiones de empleo se dan también algunas comisiones de control sumisas y autocomplacientes.

No obstante, la legislación permite invertir en empresas no cotizadas un pequeño porcentaje del patrimonio y en empresas con los mejores índices de responsabilidad social corporativa. Sólo unas algunas comisiones de control están planteando exigencias en este sentido a sus gestoras. ¿Qué están haciendo las personas trabajadoras a través de sus representantes para asegurarse de que su dinero está invertido de acuerdo con sus valores morales? ¿Hay alternativas? ¿Podemos hacer algo más con nuestros ahorros?

Al mismo tiempo, algunas instituciones, nada sospechosas de militancia ecologista radical como Moody’s, Banco de Inglaterra y Blackrock, han reconocido un riesgo financiero sustancial en la inversiones en combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas), que es subestimado por las gestoras que están poco preparadas para su análisis. El riesgo es especialmente significativo para los trabajadores que han suscrito planes de pensiones. Sin contar que las potenciales pérdidas para los activos ligados a la industria de los combustibles fósiles conllevan un riesgo sistémico, siendo éstos uno de los motores del actual sistema económico.

En este artículo se ilustran algunas alternativas, que en otros países están funcionando, de forma que además de desinvertir en actividades social o medioambientalmente negativas, como el armamento o los combustibles fósiles, también invierten en actividades útiles, social o medioambientalmente. Estas alternativas de inversión no son fáciles de analizar para las gestoras, ya que son empresas o entidades que no cotizan en bolsa, siendo el control más complejo y costoso, y si además son empresas sociales las metodologías convencionales deben complementarse, y esto las gestoras no saben cómo hacerlo. Por supuesto, las empresas sociales que serían objeto de inversión deberían mejorar en la transparencia de gestión y el sistema de Reporting.

También la legislación española debería adaptarse a los nuevos requerimientos. El gobierno ha anunciado que los planes de pensiones se podrán rescatar cumplidos 10 años, pero hay legislaciones, como Francia o Quebec que son más abiertas y facilitan la modernización de su economía, también la economía social.

En la economía social española existen alternativas de inversión que pueden satisfacer las exigencias legales de una gestora de fondos que tenga un mandato claro de invertir alternativamente un muy pequeño porcentaje de su patrimonio.
Si las personas trabajadoras y sus representantes se esfuerzan por actuar de forma coherente con sus valores para asegurar un futuro mejor social y medioambientalmente también deberían exigirlo en cuestiones tan importantes como la gestión de los planes de pensiones.

Hacer frente al capitalismo apoyando las empresas sociales

Las empresas sociales, tradicionalmente enfocadas a una gestión responsable y de calidad de los servicios sociales mediante conciertos y concursos con la administración, se enfrentan a un escenario nuevo, con un mercado creciente, cambiante e incierto a la vez.

Es una tendencia imparable el envejecimiento de la población en Europa. Según IDESCAT, sólo en Cataluña en el período 2015-2030 el peso de la población entre 74 y 85 años crecerá un 35% (hasta casi 650.000 personas), y la de más de 85 años crecerá un 47% (hasta casi 350.000 personas). La población catalana de más de 74 años pasará en los próximos 15 años de 700.000 a 1 millón de personas.

COMARCA Població>64 anys (x1000) Places/població >64 anys
Maresme 55 9,4%
Segrià 29 7,4%
Baix Llobregat 91 7,1%
Baix Camp 20 7,0%
Osona 21 6,5%
Vallès Oriental 46 6,3%
Berguedà 11 6,1%
Baix Penedès 12 5,8%
Garraf 22 5,4%
Bages 34 5,1%
Baix Ebre 13 5,1%
Vallès Occidental 120 4,8%
Gironès 25 4,6%
Selva 19 4,6%
Anoia 18 4,5%
Montsià 15 4,0%
Barcelonès 432 3,9%
Baix Empordà 23 3,7%
Alt Penedès 22 3,6%
Tarragonès 38 3,6%
Alt Empordà 24 3,2%

Número de plazas para 3a edad por comarcas en 2017

Al mismo tiempo, asistimos al aumento de crisis sociales agravadas por las políticas de austeridad: falta de acogida de refugiados, desahucios, violencia de género, pobreza infantil, vivienda social, aumento de la desigualdad, etc. que afectan a cada vez más sectores de población y aumentan la demanda de servicios sociales, coincidiendo con los recortes impulsados por los gobiernos conservadores tanto en Cataluña como en el conjunto del estado.

Y en cambio, vemos cómo un largo periodo de volatilidad en la bolsa unido a un estancamiento de bajos tipos de interés, impulsan al capital, organizado en torno a fondos de inversión y grandes conglomerados empresariales, hacia sectores como el inmobiliario y la gestión privada de servicios públicos (sanidad, educación y atención a las personas). Es una buena ilustración de este fenómeno ver cómo, en el periodo 2007-2017, el peso relativo de las plazas de residencia propiedad de empresas de iniciativa social en Cataluña ha caído dos puntos, mientras que el de las plazas en propiedad de empresas mercantiles ha aumentado un punto.

Una de las dificultades de las empresas sociales es la lentitud en la incorporación de capital. Esta lentitud, que no es exclusiva de las empresas sociales españolas ni catalanas, deriva de su estructura y de las condiciones en que deben operar. Las entidades sociales especializadas en la gestión de servicios de atención a las personas han de competir en desventaja, pues soportan mayores costes, con los operadores privados mercantiles y, aunque sus modelos de negocio pongan el énfasis en las personas (usuarias y trabajadoras), la contratación con la administración continúa favoreciendo el precio por encima de la formación, la estabilidad laboral y la calidad del servicio.

Aun así, existen muchas empresas sociales que han mostrado una gran resiliencia y se han adaptado al nuevo entorno, incorporando nuevas tecnologías, innovando en servicios, gestionando bien sus costes, entrando poco a poco en el mercado privado, fidelizando a las personas trabajadoras y a las usuarias.

Mujeres e hijos/as que han sufrido  violencia machista en            2016
Mujeres atendidas 4.043
Hijos/as atendidas 1.214

Nivel de afectación directa aflorada (pública) de la violencia machista en Catalunya

Por otro lado, con el aumento general, aunque desigual, de la conciencia social y medioambiental aparecen movimientos que reclaman la desinversión en valores asociados a la aceleración del cambio climático (como los combustibles fósiles) además de tabacaleras, armas, apuestas, prostitución, etc. Y existen cada vez más personas y entidades comprometidas con los valores de la ética y la responsabilidad a largo plazo, como los inversores sociales o de triple retorno: social, medioambiental y financiero.

En paralelo a estos movimientos, la banca ética (FIARE BANCA ETICA, TRIODOS) se ha implantado en España y está en condiciones de dar la respuesta necesaria para impulsar su crecimiento y expansión mediante el apoyo a empresas sociales solventes y bien gestionadas.

En esta situación, se dan las condiciones para que las entidades sociales puedan construir iniciativas, con las que aumentar su peso proporcionando servicios de calidad con las mejores condiciones de responsabilidad social i medioambiental, haciendo frente a los grandes conglomerados industriales y proporcionando una alternativa de inversión responsable.

Existen en nuestro país entidades que ilustran cómo construir una alternativa exitosa para la captación de capital y recursos financieros suficientes al servicio de las empresas sociales. Alguna muy imaginativa, como una alianza estratégica entre entidades de cuatro sectores clave: empresas sociales, banca ética y cooperativa, inversores sociales e instituciones sociales para captar y canalizar adecuadamente recursos económicos que impulsen el crecimiento y la expansión de las empresas sociales, mediante la construcción o adquisición de equipamientos sociales, como centros residenciales para personas mayores, centros de apoyo a mujeres maltratadas, centros residenciales para la infancia en riesgo, etc.

Entidades que maximizan las medidas de ahorro, eficiencia y generación energética mediante renovables y aplican condiciones laborales que favorecen la implicación, la corresponsabilidad y la estabilidad de las personas trabajadoras.

Existe en Catalunya una iniciativa en la que el conjunto de las empresas sociales participantes suman un volumen de servicios de más de 120 millones de euros, para más de 85.000 personas atendidas y con más de 5.000 personas trabajadoras. Y se plantea construir nuevos equipamientos sociales por valor de 30 millones de euros, que generaran más de 250 puestos de trabajos directos con una aportación de capital social de 3 millones de euros.

La col·laboració de València i Barcelona: alguna cosa més que la reparació d’una incomunicació històrica incomprensible.

Com valencià que soc, és un gustasso veure com els actuals governs municipals de València i Barcelona han iniciat una col·laboració sorprenent i ambiciosa. Sorprenent perquè mai en democràcia hi ha hagut una col·laboració entre els governs de les ciutats, fins i tot mai un alcalde de València havia visitat, com tal, la nostra ciutat fins el passat juliol, quan Joan Ribó i  Ada Colau, van signar el “Protocol de Col·laboració entre les ciutats per a l’elaboració d’una agenda d’assumptes comuns i intercanvi d’informació i bones pràctiques”.

Aquest fet de ser la primera vegada que es formalitza una col·laboració entre València i Barcelona, contrasta amb la relació fluida i estable que existeix entre els seus ciutadans. Persones, entitats, empreses, associacions unides per una cultura molt propera, un mercat, una llengua, un clima, comunicant-se a pesar dels entrebancs que s’han posat històricament per uns polítics irresponsables, des d’un centralisme malentès a Madrid i a València (pel PP especialment, però no només), però també des d’un govern català històricament prepotent i “meliquista” (que s’encanta admirant-se el seu melic).

El millor exemple d’aquest centralisme és el posicionament del Govern espanyol en relació al Corredor Mediterrani, arribant a fer manifestacions preocupants del tipus “el corredor mediterrani passa per Madrid”, quan el Ministre de Foment va dir que les obres estan avançades al visitar la connexió de Castelló amb Madrid, i en la pràctica congelant o minimitzant qualsevol inversió que faciliti el desplegament econòmic, social i cultural dels pobles que en formen part natural. I aquí “las afrentas” són múltiples.

La concepció geopolítica de l’Espanya actual és heretada de la de Felip V, qui, emmirallant-se en el centralisme de París, va dissenyar l’Estat centrípet que, algun segle més tard, la Constitució del 78 va consagrar, recent estrenada la democràcia, que no deixa de ser fruit d’una transició mal resolta i que avui patim com mai abans.

La iniciativa del Govern dels Comuns de Barcelona per a posar en pràctica una col·laboració estable ambValència, que mai abans ningú no ha fet, ha de ser una aposta estratègica per a tenir una veu pròpia i ben alta en dos camps que són fonamentals:

• València i Barcelona, ciutats vertebradores de l’eix mediterrani.
• València i Barcelona, ciutats referents dels governs municipals.

Cap govern anterior, ni de les Generalitats ni dels Ajuntaments respectius, ha anat tant lluny. És una acció que ha de ser oberta, a la que cal convidar a participar a tots els ciutadans de les respectives ciutats i, evidentment a totes les forces polítiques que els representen.

Em consta que han començat a treballar conjuntament en diferents àmbits, el primer i més ambiciós el del corredor mediterrani, però també en el model d’implantació de la taxa turística,  de la la bústia ètica, del govern metropolità, o mobilitzant accions conjuntes plurimunicipals en relació al finançament de les hisendes locals, o a la Llei de contractació pública del PP.

Cal continuar treballant i consolidant aquesta iniciativa com un referent de bones pràctiques en el marc de l’Eix mediterrani, però també més enllà, doncs és necessari i urgent un esforç comú per fer front a l’ofensiva ampla i profunda iniciada per la dreta, siga espanyola, catalana, valenciana o europea.

LOS 7 PECADOS CAPITALES DE LAS PERSONAS EMPRENDEDORAS

Pecados capitales que muchos futuros empresarios cometen cuando se acercan a posibles inversores:

1- URGENCIA: “necesito el dinero ya!”

2- VANIDAD: “no necesito contrastar mi plan con nadie”

3- AMBICIÓN: “voy a cambiar el mundo”

4- AVARICIA: “ya he facturado 10.000.-€ y mi empresa vale 3,5 millones”

5- SOBERBIA: “mi proyecto es el mejor y no tengo que rendir cuentas a nadie”

6- DEPENDENCIA: “eres mi única alternativa”

7- DEBILIDAD: “me ha dicho que no invierte, abandono”

En próximas entregas repasaremos los 7 pecados capitales del inversor, que también los tienen sin duda alguna.

Definición de empresa social según la UE

Me parece interesante reproducir la definición que la Dirección General de Empleo, Asuntos Sociales e Inserción de la Unión Europea da para la empresa social:

Es una empresa que:

  1. Tiene como objetivo primordial el logro de un impacto social positivo y cuantificable, en lugar de generar beneficio para sus propietarios, socios y accionistas, en cualquier caso el beneficio es necesario para poder realizar su objetivo. Una empresa que proporciona bienes o servicios que generan un retorno social, y/o adopta un método de producción que encarna su objetivo social.
  2. Utiliza sus ganancias ante todo y en primer lugar para lograr su objetivo principal y tiene predefinidos los procedimientos y normas que regulan cualquier distribución de beneficios entre accionistas y propietarios de forma que aseguren que dicha distribución no minimice el objetivo principal.
  3. Se gestiona con diligencia, responsabilidad y transparencia, en especial involucrando a los empleados, clientes y partes interesadas afectadas por sus actividades comerciales.

Parece que con esta definición muchas de las empresas sociales que hoy se presentan como tales en algunos foros de inversión no lo serían, así como tampoco las cooperativas excepto las de iniciativa social.